En la consulta médica de un ambulatorio, un aficionado a las mascotas exóticas:
Aficionado: -Buenas, doctor: aquí viene mi ornitorrinco, "pa" que se lo mire usted.
Doctor: -Veamos. Hombre, pues sí tiene buen aspecto su mascota... pero, ¡uy! le noto a usted en la voz que tiene la garganta muy fastidiada; tendrá que ir al otorrino, como le dije en la llamada. Lo he detectado al escuchar cómo respira ahora, y antes por teléfono también me dio la impresión. ¿No me entendió? ¿y por qué viene con un animal?
Aficionado: -No comprendo, oiga; le llamo y me hace venir con el ornitorrinco y ahora me pide que me marche con él, ¿a dónde? Aclárese, que me está liando. A ver, usted me lo explica bien y yo me voy más contento que unas castañuelas, ¿estamos?
Doctor: -Bien, veo que es más grave de lo que pensé en un principio; ni respira usted bien ni tampoco oye usted nada.
LA MORALEJA: Aplíquese el refranero popular: "Perfumes al catarro, bálsamo al pasmo, luz al ciego y ruiseñor al sordo, aprovechan bien poco".
LA ENREDADERA: Se ve que este señor pensaba que el médico de cabecera podía hacer de veterinario; quizás no sabía bien qué es eso. A lo mejor algún guasón desaprensivo -tomando provecho de la palpable simpleza del personaje- le había contado que "veterinario" es como se denomina al sitio donde la gente toma unas copas de brandy "Veterano". No sé si es mucho adivinar, pero a lo mejor nuestro aficionado, aparte de no enterarse mucho, aprovechó el camino al ambulatorio para visitar de paso un "veterinario" de los de esa clase. ¿Intuís por qué le han salido las "castañuelas" en una frase a nuestro protagonista? y... ¿dónde creéis que trabaja y de dónde le viene la afición por las mascotas raras? Una pista: Sevilla, provincia de Hispaia Baetica -en tiempos romanos- (Clickar aquí para ver solución)
¡Hasta PARIDS venideras!, (que venir vendrán, de veras).
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