Barceló Viajes

lunes, 12 de abril de 2010

DE PARID OF DE DEY, Volium 9

Un boxeador mediocre a su banquero: Estoy cansado de dar y recibir tanto puñetazo y no poder ganar casi nada con ello, no es negocio. Tengo que hacer algo diferente, algo grande. Pero necesito un crédito. ¿Qué me puede ofrecer?
El banquero: Crédito no creo que podamos otorgarle en estos momentos; no obstante podríamos renegociar su hipoteca para que usted disponga temporalmente de cierta liquidez.
El boxeador, (muy esperanzado): ¡Ah!, ¿sí? ¿en qué condiciones?
El banquero: Por ser un cliente con trato preferencial..., simplemente deberá contratar la extensión de los pagos durante 20 años más y avalar, por ejemplo, con la dentadura de oro de su madre, ¡ya que a usted ya no le queda!, ¡JAJAJAJÁÁÁ!!!

MORALEJA: "Quien el primer golpe encaja, va ganando una ventaja". El refranero castellano nos ilustra con este dicho que, el boxeador puede -a pesar de la situación- optar por ver el vaso medio lleno, pues bien cierto es (aunque de utilidad práctica discutible en bastantes casos) que cuando las cosas vienen torcidas para todos, el hecho de ser de los primeros en sufrir puede -en teoría- resultar perfectamente aprovechado para a partir de ello ser de los primeros -también- en encarar la contrariedad mediante planteamientos adecuados, con los que resurgir con fuerza renovada de entre el mundo de las oportunidades (que por otro lado, usualmente afloran en escenarios de adversidad).

LA ENREDADERA 1: ...Tratándose de un cliente que es boxeador y siendo el del banquero un golpe bajo, pensemos en qué contraataque directo podría preparar el protagonista. Unas pistas: "clásico de Hollywood" en el "localidad francesa" (Ver fotos adjuntas)



LA ENREDADERA 2: ¿Será alguna oficina de banco o caja de ahorros de ese municipio próximamente objetivo de un golpe, perpetrado casualmente por gentes desencantadas del mundo pugilístico? No en vano, hablamos de en-cajar golpes. Al tiempo. Pero que conste que yo rechazo cualquier tipo de responsabilidad y que declaro no tener nada que ver.

NOTA: Notar que este tipo de burla chulesca, ejercida desde el butacón del jefe de oficina bancaria, es un caso típicamente defendible por el héroe televisivo "TÍO LA VARA".  Ya hasta parece que se oyen a lo lejos las siete puntas de su palo de fresno azotando el aire. En sus manos dejo al banquerillo, que el TÍO LA VARA sabe de ajusticiamientos merecidos. (Me largo de aquí; no sea que, de rebote, ¡también salga escaldao!)

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