Barceló Viajes

viernes, 7 de mayo de 2010

DE PARID OF DE DEY, Volium19

El rector de una universidad, daba su discurso de inicio de año escolar. En su parte final quiso referirse a la preparación de los exámenes. Su última frase, -casi premonitoria-, antes de sufrir un amago de infarto mientras hablaba, fue:

Rector: -Aún perdura en mí la consternación que me produjeron los deficientes resultados globales obtenidos en los exámenes del curso pasado. Por eso, además del compromiso personal que hoy asumo aquí de dejarme la vida, si es preciso, en el empeño de darle la vuelta a la situación, quiero iniciar mi actividad al respecto explicándoos algo largamente elaborado para esta ocasión, a modo de consejo. Espero que os ayude a evitar momentos de ansiedad y frustración esta temporada, que hoy se inaugura: "Alumna, alumno, estudiantes..."

En ese momento, el emocionado rector se desvaneció tras el atril que sostenía el micrófono. El numeroso público asistente quedó impactado por la escena que acababa de ocurrir delante de sus narices. Desafortunadamente, el rector no volvió a recuperar la consciencia a tiempo de despedir la inauguración.
Pasadas las semanas lectivas iniciales, llegó la primera oleada de exámenes, y los resultados fueron, en global, espectacularmente positivos.

LA MORALEJA: Apliquemos el "principio de la navaja de Ockham" que más o menos postula: "cuando dos explicaciones acerca de un mismo dilema llevan a la misma conclusión, probablemente la más corta y/o simple de ellas es la más acertada".
Y también, haciendo uso aquí mismo de la mencionada "navaja", se puede decir más simplemente: "a buen entendedor, pocas palabras bastan".

LA ENREDADERA 1: El alumnado de esa Universidad no debía ser tonto, no, porque entendió a la primera el consejo que escuchó, gracias a la simplicidad y la brevedad, y comprendió que cualquier otra cosa que hubiese dicho el rector no hubiese podido comunicar más cosas -ni más útiles- que las que ya había dicho con esas 3 palabras.
Por otro lado, el rector, ¿había acabado su turno de micro cuando dejó de pronunciar palabras? ¿no había dicho que explicaría "algo largamente elaborado"?. Hmmm. Da que pensar. ¿No sería que los estudiantes no sabían nada de Ockham ni de otros sesudos personajes, pero intervino la chiripa? (la Serendipity, en inglés. Por cierto; película de John Cusack, con cierto encanto; film agradable de ver).
...Bien pensado, y dado el titubeo final que debió notarse en el habla del rector antes de desmayarse, ¿no entendería el público esto -quizás sin que lo pretendiera el rector-? (Para verlo, haz click en lo que he subrayado).
Entonces, de ser así, se podría extraer una nueva moraleja, en un sentido diferente: "No hay mal que por bien no venga".
Gracias, rector, por trastabillarse; ¡todo sea por mejorar la formación de su alumnado!

LA ENREDADERA 2: Perooo, a lo mejor, el rector tenía una faceta oculta teatrera y aprovechó la inspiración que le producía el recuerdo de su hotel favorito, con restaurante vegetariano de comida rápida incluido. ¿Fue esa la inspiración que utilizó para improvisar una actuación magistral, capaz de impactar en la fibra de todo un auditorio? ¿Qué hotel estaría recordando el rector?; Una pista: provincia de Cádiz. (Para verlo, haz click aquí, y luego haz click otra vez, sobre la foto que salga, para aumentar el zoom y verla bien). Juzgad vosotros mismos.

NOTA (y NOTA): Que se recupere el rector. (Y por su gran actuación + los resultados positivos, le vamos a dar "Notable alto".)

No hay comentarios:

Publicar un comentario