En el mar, preparando una aproximación de un yate a la costa:
Patrón: -Escucha, chaval. Esta tarde vamos a fondear frente a una cala próxima. Aprovechando que la mar está serena y hay niebla espesa, prepárate para lijar la cubierta entera. Luego saltas por la borda directamente a la barcaza para llevarte al hijo a tierra firme. ¿Algo que objetar?
Grumete sumiso: -No, señor. A sus órdenes.
LA MORALEJA: Donde manda capitán no manda marinero
LA ENREDADERA: Pobre grumete; menuda bronca se llevó después de que el patrón supiera que su hijo pequeñín andaba a su aire, por la noche, en el pueblo costero. Y al servicial empleado no le sirvió para menguar el cabreo de su jefe ni siquiera el inhumano esfuerzo que le supuso lijar de pintura tantos metros cuadrados en una sola tarde.
*¿Eso de lijar una cubierta entera en una tarde, siendo un chaval solo? Hmm, ¿la orden no habría sido para...?
** Y en ese caso, estaría claro que no tenía que haberse llevado en la barcaza al hijo, sino el pack de ....
*** Además de la bronca, se ganó el destierro del entorno marino. Como buen mafioso contrabandista, el patrón se las apañó para mandarle de por vida a cuidarle el ganado en el Pirineo. Pensó que así aprendería que nunca jamás volvería a poder saltar de su yate, por la borda. ...Aunqueee, ojo: sin ser un yate, ¡quizás sí podría seguir saltando por la...!. ¡Mira, como cualquier imberbe salta por su casa!
El patrón trabaja para el Duque??? ;)
ResponderEliminarEl grumete es hombre muerto.
El patrón era como el Sr. Cangrejo (de Bob Esponja): un ávaro pero no malo del todo. En el Pirineo retozando el joven grumete está, fresquito en verano
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